Marketplace

En su condición de centros neurálgicos para la distribución de mercancías y servicios, los mercados constituyen, desde tiempos inmemoriales, uno de los polos alrededor de los cuales gira la vida de los habitantes de los barrios. Buena parte de la actividad cotidiana de muchas personas se desarrolla en el marco de estos mercados, convirtiéndolos en un escenario en el que se puede contemplar la idiosincrasia de la población, tanto a través de la observación directa de las personas que acuden a estos centros a trabajar, comprar, o hacer uso de los variados servicios que se ofrecen, como examinando los productos que se presentan en los distintos puestos, sus precios, o la manera en que se ofertan. Otros elementos como carteles, anuncios y avisos nos dan indicios sobre los intereses y costumbres locales.

Tradicionalmente los mercados se han situado en espacios destacados de los núcleos de población, y han influido notablemente en el desarrollo de las ciudades; en la Edad Media, la importancia de una población aumentaba por la presencia de un mercado, como consecuencia de la prosperidad generada por la actividad comercial y los movimientos de personas que se producían en torno a ellos. En la actualidad existen otros canales a través de los cuales se realiza la mayor parte de la actividad comercial, y en consecuencia los mercados han perdido peso en la economía de las ciudades, pero conservan gran importancia como vehículos de intercambio cultural.

Cuando queremos conocer un nuevo país una visita a un mercado nos permite aprender mucho sobre la vida y las costumbres de sus habitantes, y nos ayuda a comprenderlos más rápidamente. Esta visita está llena de atractivos adicionales como los que nos aportan el colorido de los productos expuestos, y la variedad de olores y sabores que allí podemos percibir, que constituye una autentica fiesta para los sentidos. Esta visita nos permite  establecer un primer contacto con la gastronomía local, tanto a través de los ingredientes habituales utilizados en la zona, como probando los platos ya elaborados, que suelen ser fáciles de encontrar tanto en los servicios de restauración como en los puestos que venden comida ya preparada en los mercados. Además de la gastronomía, muchos otros aspectos de las costumbres locales se ven reflejadas en estos establecimientos comerciales.

La arquitectura de los mercados constituye un atractivo adicional; muchos de ellos son verdaderas obras de arte, estructuras en ocasiones centenarias y con técnicas constructivas muy diversas, a veces con obra de ladrillo y en otros casos con estructuras de hierro fundido con grandes paneles acristalados. Algunos mercados todavía se instalan al aire libre, normalmente en plazas cuya arquitectura se ha adaptado a su función, mientras que en otras ocasiones los mercados aparecen escondidos y mimetizados en el entorno, medio camuflados en un edificio anónimo de viviendas, o en un subterráneo bajo edificios e incluso debajo de la vía pública. La arquitectura de los mercados incorpora multitud de elementos adicionales de indudable atractivo como rosetones, rótulos, carteles e inscripciones construidas con azulejos, escudos, vidrieras y adornos de los tipos más diversos.

Todo el colorido aportado por los productos, el atractivo de las construcciones, y el indudable interés de las personas que encontramos habitualmente en los mercados constituye un espectáculo que la cámara no pude resistirse a plasmar, documentando las costumbres, la cultura y los valores de una sociedad en constante evolución. Esta evolución se ve reflejada de manera fiel cuando vemos fotografías de los mercados de hace 50, o 100 años, de la misma manera que las fotografías realizadas en la actualidad documentan la realidad de nuestros barrios en el presente. Resulta difícil imaginar otro escenario donde sea tan sencillo observar a los habitantes de un barrio determinado en su actividad cotidiana, y donde se reflejen de manera tan nítida los cambios que se producen en sus costumbres, cultura y valores como consecuencia de la evolución de la sociedad.